Sucede que me canso de ser yo:
del peso de mi alma,
del silencio que se me atora
en la garganta
de las lágrimas que tardan.
Sucede que estoy perdida,
que no sé dar fe de mis pasos,
ni testimonio de mis razones.
Encuentro profundamente largo este duelo
esta pérdida de una careta
y terriblemente difícil
hacerme de una nueva.
Sucede que naufragué de un viaje
que no recuerdo haber emprendido.
Y sucede, sobre todo, que me estoy quedando atrás.
miércoles, 17 de septiembre de 2008
viernes, 5 de septiembre de 2008
Cuando el silencio me amordaza con su mano de hielo
Quiero deshacerme en palabras:
vaciarme de cosas no dichas,
de pensamientos peligrosos,
de tanto agradecimiento.
Deshacerme en un murmullo
o varios gritos,
salirme de mí y no volver nunca.
Quiero deshacerme en palabras,
porque las tengo guardadas hace mucho:
me han horadado,
me han colmado,
y a veces, algunas,
me han exasperado.
Quiero, pues, en palabras
deshacerme.
Rendirme, apagarme,
encontrar el consuelo tibio
de la mediocridad pulcra y santa,
dejar de ser mi mejor batalla,
mi única medalla,
Callar, para siempre y de una vez,
por todo lo que es sagrado,
el locuaz coro interno,
apagarle las velas,
olvidarlo,
alejarme de aquí
sin voltear para nada.
vaciarme de cosas no dichas,
de pensamientos peligrosos,
de tanto agradecimiento.
Deshacerme en un murmullo
o varios gritos,
salirme de mí y no volver nunca.
Quiero deshacerme en palabras,
porque las tengo guardadas hace mucho:
me han horadado,
me han colmado,
y a veces, algunas,
me han exasperado.
Quiero, pues, en palabras
deshacerme.
Rendirme, apagarme,
encontrar el consuelo tibio
de la mediocridad pulcra y santa,
dejar de ser mi mejor batalla,
mi única medalla,
Callar, para siempre y de una vez,
por todo lo que es sagrado,
el locuaz coro interno,
apagarle las velas,
olvidarlo,
alejarme de aquí
sin voltear para nada.
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