miércoles, 24 de octubre de 2007

Primer movimiento

Como indica Oliverio Girondo:

Llorar a lágrima viva.
Llorar a chorros.
Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas, las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma, la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos, y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología, llorando.
Festejar los cumpleaños familiares, llorando.
Atravesar el África, llorando.
Llorar como un cacuy, como un cocodrilo... si es verdad que los cacuíes y los cocodrilos no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo, pero llorarlo bien.
Llorarlo con la nariz, con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo, por la boca.
Llorar de amor, de hastío, de alegría.
Llorar de frac, de flato, de flacura.
Llorar improvisando, de memoria.
¡Llorar todo el insomnio y todo el día!


Quizá también repasar El lado oscuro del corazón. Y en lo que respecta al lado oscuro de MI corazón, empezar por iluminarlo.

2 comentarios:

Carmina Cardamomo dijo...

Felicidades por el intento cumplido, señorita Editorial, o Depto, si la puedo tutear. No importa que sea un primer movimiento lloroso, compartiremos sus lágrimas... para eso sabemos nadar, ¿qué no? Ya aprendí a poner vínculos en mi blog y puse uno para acá. Saludos desde el manicure francés de hoy!

Depto. Editorial dijo...

Bien! mis uñas mordidas envidian a sus uñas privilegiadas y coquetas, mis palabras le agradecen su atención y mi primer movimiento agradece su apoyo!